martes, 24 de mayo de 2016

LO IMPORTANTE DE SABER HACIA DONDE SOPLA EL VIENTO

Desde que Instagram entró en mi vida debo reconocer que me tomo con más calma lo de escribir entradas, aunque el blog no lo cambio por nada y el espacio que aquí tengo para explayarme es una gozada, IG me da un poco de claustrofobia escribiendo ahí al lado de la imagen en chiquitito, pero debo reconocer que es más inmediato, y ante la falta de tiempo, más práctico.

Hoy quería enseñaros un material muy sencillito que he elaborado para Juno, pero la explicación no lo es tanto, así que va a tener que esperar a que me siente con calma e inspiración, y un café mañanero por ejemplo; me tengo que poner en situación para según que tema... pero es que estoy en una etapa de aluvión de ideas, interrogantes, sensaciones, frases, imágenes... tengo un revoltijo en la libreta, esa que uso para anotar "cosas importantes", y entonces lo que me pasa es que todo acaba desperdigado por esas páginas y se queda en textos inacabados e ideas sueltas. Todo por el empeño de escribir entradas con cierto orden y coherencia. Pero, si a mí lo que me gusta es el batiburrillo, ¿por qué esa necesidad de orden? Buena pregunta (que me hago a mí misma). 

Si preguntáis a mis compañeras de trabajo os dirán que soy muy ordenada, que mi cajón es el más impoluto y que siempre tomo nota y organizo cuanto se puede organizar. Y es cierto, me encanta el orden, lo necesito para funcionar bien, pero a la vez, me inspira muchísimo el caos, y transito continuamente entre uno y otro.


A veces, cuando falta una persona, 
parece como si el mundo entero estuviera despoblado.
Alphonse de Lamartine

Encontré esta frase, como se encuentran la mayoría de las cosas en la vida, buscando otra. Mientras la fotografiaba para recordarla, Juno quiso colarse dentro.

Anoche en Documentos TV, en La2, trataban el tema del suicidio. Tenía muchas ganas de ver el programa, porque el suicidio es un tema que nunca ha estado muy presente en mi vida, ni en mi entorno, y de pronto se ha hecho muy visible a mis ojos: veo algunos programas que abordan el tema, luego cae en mis manos el libro de Rhodes, Instrumental, y un par de personas me explican experiencias en primera persona. Aún así siento que es un gran desconocido para mí...

La mente tiene un poder que asusta. Me asusta porque puede convencerse de cualquier cosa, puede hacer que tus ojos vean lo que quiere, y esta sugestión puede jugar a tu favor o en tu contra. Tener un mal día, de esos en los que lo ves todo negro, es una sensación que, en general, todo el mundo ha sentido alguna vez. Puede ser, incluso, que nos haya ocurrido a nosotros mismos, o a alguien cercano, alguna tragedia que nos ha hecho sentir un dolor insoportable. Son sensaciones transitorias, o que se deben a un hecho más o menos puntual, o sobre las que tenemos una explicación... pero, ¿y cuándo ese dolor, ese malestar, ese estado insoportable, no pasa? 

Pienso que un primer paso es hablar de ello, dejarnos del mito absurdo de que tenemos que estar siempre felices y ser super-optimistas; tender al optimismo y relativizar los problemas nos ayuda a ser más felices, claro, pero no existe el 100% de nada, ni de felicidad ni de tristeza. Me cuesta gestionar mi propia tristeza, creo que soy más hábil en acompañar la de los demás, en adoptar el rol de fuerte, me siento como una torre que no puede desmoronarse, y entonces me viene un ataque de migraña y me cabreo conmigo misma!

Es muy importante saber para donde sopla el viento
(A partir de una veleta y seguida de una carretera custodiada por inmensos molinos de viento).


Esta frase pertenece a la película que dieron en Versión española este domingo en La2, Marsella, con María León y Goya Toledo. Me gustó mucho, el tema de las familias de acogida, hacia las que siento una profunda admiración, las segundas oportunidades que da la vida y los lastres del pasado... da qué pensar, que siempre está bien. En un momento clave de la película, la madre de acogida, después de ver a la madre biológica (quien acababa de recuperar la custodia de la niña), metida en un asunto de drogas, borracha, y a punto de tocar fondo de nuevo, se acerca a ella y le dice que la van a ayudar (ella y su marido). Cuando lo más fácil sería aprovechar los errores de la madre biológica para recuperar a la niña, pero la respuesta que da ésta ante la incredulidad de la otra, es que lo van a hacer porque es la madre de su hija

Ahora sé lo que es querer a alguien tanto que haría lo que fuese si eso es lo mejor para ella.

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