viernes, 17 de julio de 2015

UNA DOSIS DE REALISMO

Ayer tuvimos una más de las muchas visitas de control a las que vamos últimamente para que vean el corazón de la bolita y que todo marcha bien, pero ayer la visita me dejó un poco triste.


Cada vez que me hacen una eco y valoran el estado de su corazón salgo contenta, porque si bien es cierto que no se ha producido ningún milagro, el medio corazón que no se desarrolló en un principio (el hemisferio derecho) ahora sigue siendo la mitad del otro hemisferio, la cardióloga nos tranquiliza diciéndonos que es suficiente para que sea una niña sana.

Ayer la valoración fue positiva, nos volverán a ver la semana que viene y nos dejan irnos unos días de vacaciones, lo que nos da a entender que no hay ningún problema (nuestra cardióloga es muy prudente). Pero ayer nos enfrentamos de nuevo a la realidad y para mí fue como un jarro de agua fría, helada. Creo que el hecho de sentirla moverse tanto y preparar sus cositas con normalidad, ha hecho que me olvide un poco de nuestra situación.

Al final de la visita nos comentaron que no la operarán justo al nacer, sino que en los dos días siguientes a su nacimiento decidirán cuando es el mejor momento. Nos explicaron que me la dejaran tener dos o tres horas conmigo y después la bajaran a neonatos, que esa zona está abierta a los padres las 24 horas y podremos estar con ella cuanto queramos.

Ya lo sabía, no sé porqué fue cómo recibir un tortazo, porqué tonta de mí pensaba que la operarían nada más nacer y casi de inmediato estaría conmigo, que a las dos nos darían el alta a la vez y nos iríamos juntas a casa y podría disfrutar de ella todo el tiempo... Idealicé una situación sin fundamento ninguno y por eso estoy un poco descolocada, no porque no sepa que todo el proceso es por ella y por su bien, y lo acepto encantada, el premio es tenerla ¿¡qué más se puede pedir!?

Necesitaba escribir estos sentimientos algo contradictorios que ahora tengo, verlos plasmados en palabras para quitarme el nudo de la garganta. Cuando ayer nos enseñaron la planta de neonatos no podía evitar emocionarme a cada paso, nos comentaron que nosotros hagamos la canastilla con normalidad aunque seguramente esté desnudita (y escribo esto y lloro como una pava)... Nos dijeron que intentan usar las cosas que la familia tiene preparadas: toallas, arrumacos, muselinas, aunque el hospital dispone de todo.

Ahora veo acercarse la fecha y lo hago con ilusión, pero no puedo pecar de positiva, no puedo olvidar que la lucha continúa y tengo que estar preparada para afrontarla, y así lo voy a hacer.

Justo antes de entrar a Vall d'Hebron para la visita

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