lunes, 27 de marzo de 2017

ADULTOS AUTÉNTICOS QUE ACOMPAÑAN

Hay profesiones en las que no vale funcionar a medio gas, cumplir sin más. Se puede hacer y seguir cobrando a fin de mes, aunque creo que existe una ética, un respeto hacia la labor realizada, una implicación, que empuja a dar el máximo cada día.

El máximo en los días buenos y también en los malos, porque los educadores a veces tenemos dolor de cabeza, pasamos mala noche... Tenemos nuestros problemas, faltaría más: se nos estropea el coche, nos deja la pareja, incluso pasamos por situaciones realmente duras y continuamos intentando dar lo mejor de nosotros en el aula. Las circunstancias son las que son en cada momento, varían, y nos humanizan.


Cuando me planteo el hecho de ser auténtico con los niños y las niñas, pienso en ser sincero, natural, en ser uno mismo, ser "de verdad".

Me apena que sea tan habitual caer en la sobreactuación cuando nos relacionamos con los pequeños, ¡en falsear hasta nuestra personalidad! No hablo del baby talk (o motherese), ni me refiero tampoco a momentos puntuales en los que usamos la voz y el gesto para enfatizar o destacar un mensaje; estoy pensando, más bien, en la cotidianidad compartida.

Aludo a aspectos como cuidar el tono de voz, que sea cálido y respetuoso, evitando la estridencia, y a la vez, sin caer en la ñoñería o en la cursilería. Vocalizar, pero no hasta el punto de rozar la exageración, ni hablarles con una constante cantinela o adoptar un gesto casi teatral. ¿Por qué no? Desde mi punto de vista, porque resta autenticidad a la relación y no parece confiar demasiado en las capacidades cognitivas del receptor.

Porque cuando alguien usa un tono chirriante, monosílabos o ruiditos, para dirigirse a Juno, me resulta bastante molesto, aún cuando sé que es por pura ignorancia.


Y si me centro en el ámbito escolar, quisiera aclarar que en educación infantil cantamos, explicamos cuentos, interpretamos, dramatizamos... en estas ocasiones nos convertimos en actores y actrices y usamos todos los recursos de que disponemos, y tiramos de nuestras dotes expresivas y exageramos y enfatizamos... pero, en educación infantil, por encima de cualquier otra cosa, acompañamos: somos compañeros de vivencias. Y lo hacemos en un momento de sus vidas en las que son especialmente permeables a las influencias externas.
Hoy, al oír a un alumno mío exclamar "¡apa!", me he visto reflejada en su expresión, he vuelto a tomar conciencia de como mi conducta, mi gesto, mi palabra, repercute en sus actos, en sus vidas.
Y si defiendo a ultranza la autenticidad como valor a cuidar muy especialmente, es porque considero que es sano que nuestros alumnos nos vean asumiendo el rol de adulto, que es el que nos corresponde, sin perder el control, cuidando los modales, etc., incluso más, el de educador: responsable y modelo. Pero el hecho de que un día estemos tristes, enfadados, cansados, eufóricos, etc. puede ser la excusa perfecta para demostrar que las emociones no son positivas ni negativas, simplemente forman parte de nosotros, y saber canalizarlas de un modo positivo es el mejor aprendizaje que podemos transmitir a los niños. Porque, justamente ellos, se encuentran en pleno desarrollo emocional y es para mí la parte más complicada de la construcción de la personalidad y la tarea más difícil como educador: saber acompañar este proceso.


Pienso que es mucho más coherente aprovechar las oportunidades que surgen de modo natural para educarnos juntos a nivel emocional, que no abordar la "educación emocional" como una unidad didáctica, una parte de la programación, algo que se puede "trabajar" en el aula. Y es, desde luego, mucho más auténtico.

miércoles, 22 de marzo de 2017

SER HIJA Y SER MADRE

Es puro fetichismo lo que siento con el papel, y la revista Viure en família (Vivir en familia) me tiene ganada, será el papel... Son sus portadas que me recuerdan a esas imágenes capturadas por padres con gracia en plasmar lo cotidiano y compartidas en Instagram, es su textura, su olor a tinta de publicación recién salida de imprenta, su estética cuidada... todo. Cada mes la secuestro de la escuela unos cuantos días para leerla con calma en casa, después la devuelvo y la hojeo y releo otras tantas veces, hasta sacarle casi todo el jugo.

En el número de marzo he encontrado una pequeña joya, se trata de un artículo en el que su autora, Núria Alsina, habla sobre su maternidad de un modo muy sincero, lo titula el viaje de la maternidad.

Núria Alsina Punsola es madre, doula y maestra.
Creadora de MIMA'M: espcio de crianza respetuosa.

A partir de este artículo, en el que la autora expone como la maternidad ha removido en su interior sentimientos y fantasmas del pasado, y ha abierto cicatrices aparentemente curadas, yo me pregunto hasta qué punto mi yo hija ha influido en mi yo madre. No lo sé. Merecería un análisis más profundo por mi parte, más propio de la pedagogía sistémica o del psicoanálisis, fuera de mi alcance por lo tanto, no voy a indagar tan a fondo en este momento. 

Pienso, que muchos de los obstáculos emocionales con los que nos tropezamos en vivencias tan intensas como es la maternidad, tienen su origen en nuestro pasado, en nuestra niñez, por eso recomiendo la lectura de este artículo que va de lleno a poner el dedo en su propia llaga.



Mi "yo-hija"
De mi yo hija soy una gran ignorante, y me refiero, claro, a mi rol como hija-niña, no tengo a penas presentes escenas de mi infancia, incluso me cuesta pensar en el primer recuerdo de mi niñez, todos los que soy capaz de rememorar me parecen que no son demasiado antiguos.

No fui una niña segura de sí misma, esa tendencia a la baja autoestima marca de algún modo, pero desconozco el origen de mis inseguridades, si es que merece la pena pensar en ello ahora. Aún así, creo que ese fuerte carácter que se iba cociendo en mis entrañas ha sido capaz de contrarrestar estos atisbos de retraimiento, aunque también me ha hecho pasar malos ratos. Mi peor enemigo siempre he sido yo misma, en todos los aspectos, también en las relaciones más cercanas

Una vez saqué un dos en matemáticas, seria en 7º u 8º de EGB, y el profesor lanzó el examen sobre mi mesa cabreado y me soltó "es que si no te lo crees, si no crees en ti misma no lo vas a sacar"; me lo aplico a las matemáticas y a la vida. En cuanto a las matemáticas, fue mi gran lastre durante los dos primeros cursos de instituto, hasta que un día supongo que me lo creí, que pensé que yo era capaz de entender aquello y se abrió ante mí como lo más simple y claro del mundo.



Ser hija no es nada fácil, es un papel en el que te viene todo dado, en el que en principio tienes poco margen de maniobra: eres como eres porque te pareces a..., y se lo debes todo a..., durante años (tantos que parece una eternidad) dependes de... para ir o venir, para poseer la mayoría de cosas, ¡incluso para opinar! Has firmado un acuerdo vinculante en el que nadie te ha preguntado si estabas de acuerdo.

Con los años el papel de hija va cambiando, madura, se va definiendo. Cada vez la sensación de control es mayor. Hasta que al fin, como hija y a la vez madre, ocupas un nuevo lugar en este entresijo de relaciones, en mi caso muy matriarcal, muy de "nosotras". Todos los papeles se reajustan ante la nueva incorporación, que ocupa un papel central en el entramado.

Mi "yo-madre"
Ser madre es muy distinto y para mí infinitamente más fácil, y no por su falta de dificultad, en absoluto, porque la responsabilidad es máxima, pero noto que surge naturalmente y que sí está en mi mano. Para mí, ser madre ha resultado ser mucho más instintivo, lo estoy viviendo como una experiencia en la realmente me siento libre de ser como quiero ser.

Seguramente por el momento vital en el que ha tenido lugar; si como hija he sufrido en paralelo todo el proceso de construcción de mi identidad, de adulta ya tenía mucha faena hecha, podría decirse que ya estaba "construida".

Y no olvido que, durante prácticamente todo el embarazo, padecí una alergia a vivir esa maternidad edulcorada y cargada de tópicos que me acechaba, a la vez que sentía que ofendía a quienes deseaban esa vivencia que a mí me provocaba sarpullidos en la piel solo de pensarlo. Y sucumbí en hacerme la foto de rigor en los distintos meses de gestación, aunque me salté muchos, pero poco más. Si algo agradecí es que mi entorno respetó mis decisiones.

Con Juno, con mi modo de ser madre, siento que me estoy redescubriendo, que no me estoy dejando guiar ni por lo vivido, ni por lo visto, ni por lo impuesto. Es de las cosas más mías, no mi hija, sino la manera de quererla, de tratarla, de "ser" junto a ella.


Si como hija he transitado por mil etapas distintas, y a menudo he sido escurridiza y distante, como madre soy cien por cien constante, consciente y presente. Lo puedo hacer mejor o peor, pero la implicación es total, en este momento lo que más deseo es ser la madre de Juno y es de todas mis facetas con la que más a gusto me siento. No dejo pasar las oportunidades que el día a día me brinda para demostrarle lo infinito que la quiero, lo que me importa su bienestar, escucharla, respetarla, acompañarla. Trato de no suplir con ella mis carencias, ni de transmitirle mis miedos, ni de cortar sus alas, ni de alcanzar mis sueños a través de su persona, pero a la vez no me guardo los besos, ni las caricias, ni las muestras de afecto.

Sé que he tocado este tema de puntillas, no he rascado mucho más allá porque considero que no necesito rebuscar más, lo que importa es que soy feliz con mi maternidad, y espero ser suficientemente empática para facilitar y comprender el "ser hija" de Juno.

lunes, 13 de marzo de 2017

UTOPIAMARKETS: POESÍA

Buenas noches,
he encendido el ordenador con la intención de comentar una anécdota que me pasó ayer, ¿sabéis esos textos sobre crianza que se hacen virales y todo el mundo los comparte y los encuentra fabulosos? Pues a mí que me pasa como con los best-sellers, oye, que ni me apetecen mucho de entrada, ni me acaban de entusiasmar si al final decido leerlos... El caso es que los ignoro y punto, sé que llegan a personas que necesitan oír según qué mensaje y sé que tienden a buscar la autocomplacencia, pero pienso que cada cuál decida lo que quiere creer o dejar de creer. En fin, el caso es que leí una crítica hacia uno de estos textos sagrados y lo más interesante fue leer los comentarios a ésta: os podéis imaginar como iban a la yugular muchos de ellos. Y eso es lo que me dejó una sensación rara.

Pero después, he pensado que más allá de la anécdota tampoco hay mucho más que explicar; no creo en las verdades absolutas, incluso cuando trato temas que conozco por experiencia propia, sobre los que me he formado, informado y reflexionado por activa y pasiva, voy con pies de plomo intentando dejar claro que lo que expreso no deja de ser mi opinión. Los blogs no son revistas científicas.


Os cuento lo que realmente quiero compartir con todo aquél a quien le pueda interesar: El próximo fin de semana, los días 17, 18 y 19 de marzo, tiene lugar un acontecimiento cultural-poético en Barcelona, se trata de la primera edición del utopíamarkets


Podéis leer el programa y decidir si os apetece asistir, a mí me encantaría, así que lo intentaré (es que se me solapa con otros planes, ains...). Cada vez estoy más convencida de que en una segunda vida quisiera ser poeta y fotógrafa ;)

http://www.poblenouurbandistrict.com/es/utopiamarkets-poesia-arriba-poblenou/
Gracias a este proyecto, y a Instagram, he dado con chucheríasdearte y, claro, ¡me han apetecido todas! Ya me he hecho un auto-regalo que os enseñaré cuando lo tenga en mis manos, se trata de una de las colecciones de cuadernos singulares (ante la duda me pido diez jejjjee!!).

Espero que hayáis empezado bien la semana, este curso escolar debo reconocer que los lunes me cuestan especialmente poco porque me llevo a Juno al trabajo, aunque la tenga en el pasillo de enfrente, ahí está y eso me hace sentir muy tranquila. Y que me gusta eso de que cada día puede ser especial, ¡no puede, lo debe ser!

sábado, 11 de marzo de 2017

MAÑANA DE MUSEO


Mañana de sábado en el MACMA (Barcelona), me apetece compartir algunas imágenes de la exposición temporal que hemos estado visitando porque siento debilidad por este museo y porque es la excusa perfecta para ravalear. 

En la tienda del museo hoy no había gangas (¡mierda!) así que no hemos comprado nada, aunque cada vez que veo los libros Animalium y Atlas del mundo se me van los ojos, pero esta semana ya compré dos álbumes ilustrados para Juno (os lo cuento en otra entrada porque quiero mostraros uno de ellos muy especialmente).

Y Miguel me ha dicho de ir por las tiendas de segunda mano a ver si encontraba algo de ropa para mí, que siempre voy igual (me da mucha pereza últimamente ir de compras y necesito ropa que facilite dar el pecho, requisito prioritario!!).

Por suerte he dado con un vestido que es ideal: es blanco, con escote cruzado y botones, por si necesito abrirlo más, elástico por si engordo (estoy en ello), bonito pero cómodo :) Ah, ¡y muy primaveral!

Gelatina dura
Muy ochentera con mi vestido de ciertopelo.
Juno K.O. no estaba para expos, ha decidido dormirla entera...


Copio algunas de las preguntas lanzadas a través de mensajes en las paredes de la exposición:

¿Por qué es tan difícil desarmar a los desalmados y tan fácil desalmar a los armados?



¿Cuál es la función social del arte y la cultura cuando la política se transforma en espectáculo?


Cuando el arte se transforma en valor de cambio, ¿sigue teniendo fuerza como ejercicio intelectual?



¿Por qué el arte contemporáneo que se quiere radical no cuestiona nunca en serio el propio mundo del arte, que es uno de los más conservadores que existen?


¿A que se debe que la clase política española apueste sin reservas por el turismo y no le dé importancia a la inversión en investigación científica ni a la cultura en general? ¿Se sienten cómodos en una sociedad condenada a producir cantidades industriales de camareros?




Colección MACBA 31: Experiencia, tiempo y conflicto

Chaplet Mircea Cantor




¡Feliz fin de semana! Queda una larga noche y un día entero para disfrutarlo.

martes, 7 de marzo de 2017

LIBROS: CASI FETICHISMO

Siento una enorme curiosidad por saber qué leen los demás. Como esa gente que veo abstraída con un libro entre las manos en el tren, o a los que no parece importarles nada más que la lectura en la que andan enfrascados, tumbados en la toalla de al lado en la playa. Me muero por saber los títulos que toman prestados los demás individuos de la cola de la biblio, en la cola de una librería... en fin, manías.


Me gustan los LIBROS.
Los que más, los viejos y amarillentos, de letra pequeñita, de bolsillo, blanditos y estrujables.

Los libros sencillos y modestos de pequeñas editoriales, no los de bombo y platillo, esos no me interesan mucho, no me atraen. Prefiero esos otros, los que apenas nadie ha leído, los que pasan desapercibidos, los escurridizos, los difíciles de encontrar, los desconocidos.

Libros de páginas ásperas, rugosas y gruesas, casi como papiros: tan palpables, tan sensoriales.

Los de cuidada edición y exquisito gusto, de preciosa portada, bonita tipografía... Alguna imagen sugerente, tal vez. Los que se asemejan a un diario personal, los que casi parecen escritos a mano, los que crees poder haber escrito tú misma.

Libros, libros libros.
¡Hay tantos tipos, tantos géneros, tanta lectura a elegir!

Me gusta la gente que lee. A los clásicos, rarezas, libros fetiche. Poesía.
La gente que lee-mira libros de arte, me encantan.

Gente que lee en un parque, en las salas de espera, en los cafés, en los bancos... Los que leen tan absortos que están pero no están: esos que se entregan en cuerpo y alma a la lectura, los que prácticamente levitan.

A mí me seducen las distopías, casualidad tal vez, me persiguen y las persigo. También los libros que hablan de libros, de otros libros, los que tratan sobre literatura, los que son buena LITERATURA.

Me gustan los programas que comentan libros: de radio y televisión. Las revistas sobre libros, las reseñas de libros, las dedicatorias de la primera página del libro (no esas del tipo "a Rose, sin ella blabla...", sino esas que usan una cita, un texto, que hacen pensar, que son un concentrado de algo muchísimo más complejo.

Y los lugares con libros: bibliotecas, librerías, cafeterías, escuelas, casas, baños, estanterías, baúles... espacios con libros.

Tanto rollo para decir que voy a leer un rato ;) Y si alguien tiene la gentileza de recomendarme una joyita... Otra manía, muy mía, es anotar recomendaciones.

domingo, 5 de marzo de 2017

NO TENGAS PRISA

Breve carta a la persona que más quiero:

Juno, no tengas prisa por crecer, hazlo a tu ritmo

Te digo esto porque pronto te darás cuenta de que todo va muy deprisa, todos corren y puede ser que sin darte cuenta te dejes llevar por la avalancha.

Se corre mucho por ser adulto y después existe un empeño generalizado por querer dejar de crecer, es un sinsentido, lo sé. Ojalá que tu infancia dure tanto como desees y que las distintas etapas de tu vida vayan fluyendo naturalmente, sin presiones externas, sin compañeros que te insten a ser mayor de lo que eres, sin adultos que pretendan que seas una mini adulta por puro egoísmo. 

A veces creerás estar en una carrera, y oirás a menudo aquello de "¿ya sabes/haces...?", "¿aún no...?", etc. Sentirás que te comparan con otros niños y niñas, algunos que ni conoces y con vidas distintas a la tuya. Otro absurdo.

Jamás olvides que yo no quiero que compitas con nadie, no espero que hagas nada antes que nadie, no le otorgo ningún valor a esta filosofía de la prontitud. La precocidad pienso que está sobrevalorada, que hace más mal que bien, que genera un peligroso orgullo. Siempre habrá alguien que acabe los estudios antes, que se case antes, que encuentre trabajo antes ¡¿qué más da?!

Desearía que los niños no fueseis tan permeables a la prisa adulta

Desde que nacemos nos están metiendo prisa: por decir "mama", por mantenerte sentado, por gatear, por andar, por hacer pipí en el váter... En la escuela incluso es peor, se venera al que antes sabe escribir su nombre, leer, sumar... No ganes medallas, vive experiencias fabulosas y hazlo intensamente. Busca la felicidad: tu felicidad.

Cuando alguien te pregunte hasta qué número sabes contar, explícale cuál es tu juego favorito. Vive la vida sin que la meta tenga más valor que el recorrido, ojalá puedas tomarte años sabáticos para viajar, experimentar, crecer, conocerte, descubrir, emocionarte, sorprenderte... No temas probar con distintas profesiones hasta dar con la que te encante, ni a embarcarte en varias relaciones hasta dar con la persona que te haga realmente feliz. Ves a tu paso, incluso corre, si es que así lo deseas, frena, para, reemprende... tú decides.

Y si alguien te dice alguna vez que se te va a pasar el arroz... sonríe, porque no va contigo la cosa.

Queremos que seas tú, que solo tú marques el compás de tus pasos